La comida casera siempre será mejor que la de cualquier restaurante y mucho más que alguna versión congelada, pero definitivamente, nada supera a la comida de mamá. Un plato hecho por ella nos transporta a la infancia, nos reconforta y nos hace olvidar cualquier problema que podemos estar teniendo.
La sazón se define como el gusto o sabor que se percibe en los alimentos. Solemos usarlo para decir que nos gusta como cocina una persona y el sabor que le da a los platillos. Tener buena sazón no depende al cien por ciento de los ingredientes, especias, sal u otros que uses, en realidad, es un tema más personal e incluso abstracto, de ahí que cambie de una persona a otra, aunque cocinen lo mismo con los mismos elementos.
Tengas cuatro o cuarenta años, la comida de mamá siempre te sabrá mejor que la de cualquier persona. Esto tiene mucho que ver con la sazón, pero también con lo que estos alimentos representan, los recuerdos y el cariño con el que se nos ofrecen. Expertos en Psicología señalan que las raíces más fuertes de nuestra infancia se crean con olores y gustos, los cuales nacieron antes de que fuéramos capaces de recordarlos.
Las comidas quedan ligadas a cuestiones sentimentales, y comer deja de ser sólo eso. Ya que mamá suele ser la principal encargada de nuestra alimentación en la etapa infantil y muchas más, solemos ligar los sabores a la infancia, nuestra familia y diferentes emociones, donde está presente ella. Puede que nuestra mamá no sea una cocinera experta, pero siempre será la mejor por los recuerdos a los que la ligamos.
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