Los billetes de polímero permiten un menor costo ambiental en la producción, uso, recuperación, destrucción y reutilización del material empleado en la elaboración de los mismos. En promedio, los billetes de polímero duran tres veces más que los billetes de papel, dependiendo de la denominación.
En general, los billetes de polímero generan menores emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que los billetes de algodón, esto se debe principalmente a los menores impactos asociados con las etapas del ciclo de vida de distribución. Tienen una vida útil al menos tres veces mayor que la de los billetes de papel, este dato bajo una suposición conservadora.
Se calcula que el polímero (sustrato derivado del petróleo) reduce 98.8% el impacto en el agotamiento del agua, esto tomando en cuenta el uso del líquido que se requiere en la producción de billetes de algodón para la irrigación de las plantaciones.
Para el proceso de reciclaje de los billetes de polímero estos se transforman en madera plástica, material con el que se pueden crear juguetes, rótulos, mesas, bancas, maceteros, plataformas, puentes, barandas, playgrounds, etcétera, o se transforma en pellets que luego se utiliza como materia prima en la fabricación de productos plásticos muy diversos.
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